Como especialistas en cirugía dermatológica queremos aprovechar estas publicaciones para hablarte de las afecciones más comunes que puede sufrir la piel de una persona a lo largo de su vida. En el caso de este post nos ocupamos de la rosácea, una enfermedad crónica de la piel que, en ocasiones, puede llegar a afectar también a los ojos.


Cuando empieces a detectar los primeros síntomas no dudes en pedir cita cuanto antes en la consulta del Dra. Aliaga Clínica Dermatológica. La rosácea puede manifestarse en forma de enrojecimiento, granos o espinillas y, ya en etapas más avanzadas, con un engrosamiento de la piel. La mayoría de nuestros pacientes sólo desarrollan esta afección en la cara. Puede asemejarse de alguna forma al acné, pero este último aparece en la adolescencia y la rosácea puede aparecer en cualquier momento de nuestra vida. Normalmente, la rojez característica de la rosácea se incrementa si sufrimos estrés o al ingerir bebidas alcohólicas o comer platos picantes. 


Como ocurre con las enfermedades dermatológicas crónicas, la rosácea puede ser más intensa en determinadas épocas y estabilizarse en otras. Es lo que en medicina conocemos como “brotes”. No te preocupes si estás empezando a notar estos síntomas porque es una afección más común de lo que puedes pensar. Lo normal es que aparezca entre los 30 y los 50 años y sobre todo en mujeres de tez clara. Cuando te pongas en contacto con nosotros empezaremos cuanto antes con el tratamiento para mitigar en la medida de lo posible los efectos de la rosácea. Por último, tienes que tener claro que los motivos por los que aparece son varios. Desde cuestiones genéticas a una hiperreactividad vascular facial. Los factores psicológicos, la exposición solar y a la presencia de una bacteria presente en el estómago llamada Helicobacter Pilory también influyen en algunos casos. Es importante que las personas con rosácea se apliquen todos los días crema fotoprotectora, incluso en invierno. Como mínimo de un factor 30.